Sistema Invertido De Corte Avanzado

Sidca es una herramienta que deberíamos considerar para nuestras creaciones artísticas, ya que detrás de esta herramienta hay un proyecto de investigación y desarrollo en el que han invertido peluqueros e ingenieros. El resultado es un producto revolucionario que se ajusta a las inquietudes y necesidades del mercado. Sus beneficios son el bien estar físico, cortes más precisos y formación personalizada.

Debido a la libertad que ofrece, conseguiremos trabajar el corte cómodamente y cuidando la posición de nuestro cuerpo. Mantener una posición rectilínea y evitando posiciones jobicurvas permite que la espalda y las principales articulaciones no sufran sobrecarga.

Las tijeras invertidas relajan en un porcentaje muy alto los músculos, siendo las posiciones durante su uso más sencillas, ergonómicas y más naturales. Queda minimizada la sensación de cansancio, tensión o cualquier síntoma derivado de un mal comportamiento postural.

Comparación de las posturas y ángulos de corte

La tijera de corte invertido permite trabajar con los brazos por debajo del pecho y los codos lo más pegados al cuerpo. Permite ir variando ángulos de corte sin comprometer la postura del profesional. Esta libertad de movimientos hace que el ejercicio de cortar el cabello sea mucho más fluido y preciso. La adaptabilidad es clave en el rendimiento profesional. Su diseño, ofrece el uso tanto a zurdos como a diestros.

Partes de la tijera

1. Acero japonés 440 irc 330. Doble brazo, tres anillos dispuestos a lo largo del  primero y un anillo rotatorio de 360º en el segundo. Los tres anillos nos van a permitir una mejor sujeción a la tijera.

2. Anillo rotatorio, permite la máxima adaptabilidad trabajando tanto en invertido como en convencional. Nos permite acompañar cualquier movimiento.

3. Botón de modo; permite controlar la apertura de las hojas cortantes dependiendo el tipo de cabello y calidad que nos vayamos a encontrar. Sus hojas son una de ellas recta y la otra curva, para una mayor precisión de corte.

Artículo escrito por Karina Cuellar, Janire Rodriguez y Deiene Zilonizaurrekoetxea